Quienes somos
           
Características bióticas      
   
  • Hongos (micología)

  • Vegetación   

  • Vegetación acuática

  • Insectos y arañas (artropofauna)

  • Peces (ictiofauna)
  •  
           
     
  • Anfibios

  • Reptiles

  • Aves (ornitofauna)

  • Mamíferos (mastofauna)
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    Hongos

           
           
    El estado de Morelos, a pesar de contar con una de las superficies más pequeñas de México, presenta una gran riqueza florística, estando los hongos entre los organismos mejor representados.

    Particularmente para el Corredor Biológico Chichinautzin, se tienen registradas aproximadamente 315 especies fúngicas. De éstas las mejor representadas son: Tricholomataceae, Strophariaceae, Amanitaceae, Boletaceae, Polyporaceae, Clavariceae, Lycoperdaceae y Sclerodermataceae.

     
    En el área de reserva existe gran diversidad de hongos que tienen diversas aplicaciones económicas (López et al., 1985, Portugal et al., 1985).

    Entre las especies comestibles, que suman más de 80, se encuentran: Amanita caesarea (xicalli, hongo amarillo), Lyophyllum decastes (clavitos), Agaricus campestris (hongo de pasto), Pleurotus ostreatus (oreja de cazahuate), Boletus edulis (pancitas), Hypomyces lactifluorum (enchilados, trompas), Russula brevipes (trompa blanca), Lactarius indigo (hongo azul, añil), Ramaria spp. (escobetas, corales), las cuales son comercializadas comúnmente en los principales mercados de la entidad (Mora et al., 1990).
    Por otro lado, las especies micorrícicas y las destructoras de la madera, que también son muy abundantes, presentan gran importancia económica (López et al., 1992; Montiel et al., 1992. Las primeras desde el punto de vista forestal ya que sin ellas un bosque no se puede desarrollar al máximo, por esto es muy importante que, en los programas de reforestación no sólo se planten árboles, sino que también se introduzcan y propicien el desarrollo de hongos micorrícicos, ya que de lo contrario la reforestación fracasará. Entre los hongos que se desarrollan en esta reserva ecológica tenemos: Amanita muscaria, A. pantherina, Boletus edulis, B. frostii, Gomphus sp., Lycoperdon perlatum, Pisolithus tinctorius, Russula olivacea, R. emetica, Gyrodon merulioides y Suillus granulatus. Algunos de los hongos micorrícicos son también comestibles, por lo cual se puede decir que tienen doble aprovechamiento, en el desarrollo de los bosques y como alimento.
    Por su parte los destructores de madera destacan por los daños que causan a los bosques e instalaciones fabricadas con madera, como ejemplo citaremos a: Armillariella mellea, A. polymyces, Fomes pinicola, Ganoderma applanatum, G. curtisii, Panus crinitus, P. badius, Polyporus trichicoma, P. azureus, P. hydnoides y P. versicolor.

    Otro grupo de hongos representado en la zona es el de las especies venenosas, que en contraste con las comestibles se desarrollan en menor cantidad, de las que resaltan: Amanita virosa, A. bisporigera, A. verna, A. magnivelaris, A. phalloides y Chlorophyllum molybdites.


    En el Corredor se han encontrado siete especies psicotrópicas (aquellas con propiedades alucinógenas). Estas pertenecen al género Psilocybe (Mora et al., 1992).
     
    Cabe hacer notar que en los estudios recientes (Mora y Guzmán, 1983) se han descrito como nuevas especies: Omphalotus mexicanus Guzmán & Mora, Agrocybe chrysocistidiata Guzmán & Mora y Gymnopilus zempoalensis Guzmán & Mora, lo cual hace pensar que nuevos muestreos podrían aumentar los registros.
     

    Vegetación
    De acuerdo a estudios recientes, se sabe que existen en el Chichinautzin 785 especies de plantas que se agrupan en 135 familias (estas incluyen a las acuáticas que se describen en la siguiente sección). En función del número de especies destacan las familias Orchidaceae, Asteraceae, Poaceae y Lamiaceae con 92, 75, 61 y 59 especies respectivamente.

    Confluyen en el área elementos florísticos de afinidad Neártica y Neotropical que dan lugar a comunidades bióticas diversas. Monroy y Taboada (1990) mencionan la presencia de siete tipos de vegetación (bosque de pino, bosque de Abies, bosque de Quercus, bosque de Alnus, bosque mesófilo de montaña, matorral crasicaule y selva baja caducifolia).

    López-Paniagua (1990) coincide en el criterio sobre la diversidad florística del corredor agregando a los tipos de vegetación antes mencionados al pastizal subalpino, pradera y matorral rosetófilo.
    Al nivel de familia la combinación de elementos templados y tropicales mencionados anteriormente son evidentes, entre los primeros se encuentran Pinaceae, Fagaceae y Betulaceae mientras que de los segundos se tienen Burseraceae, Anacardiaceae, Araliaceae y Annonaceae.

    Los Géneros con afinidad Neártica son Quercus, Pinus, Arbutus, Arctosthaphylos, Castilleja y Penstemon, mientras que los de afinidad Neotropical son: Bursera, Agave, Echeveria, Tecoma, Cosmos, Mimosa y Fourcraea.
    Particularmente el bosque de pino se localiza entre los dos mil 800 y los tres mil 500 metros sobre el nivel del mar, sus principales especies son Pinus montezumae, P. hartwegii, P. pseudostrobus y P. teocote.

    Se encuentra formando una masa pura conservada al norte de Tlalnepantla y fuertemente disminuido por la expansión de la frontera agrícola, especialmente en sitios con pendientes suaves que facilitan el uso de la tecnología moderna. Las diferentes especies de pino son muy cotizadas, por los que es muy común su tala, que produce claros que facilitan la propagación de Alnus firmifolia como especie secundaria.
    El bosque de pino-encino se localiza entre los mil 600 metros sobre el nivel del mar en el sur de área núcleo Las Mariposas hasta los dos mil 800 metros sobre el nivel del mar en las cercanías de Tres Marías. En estos límites altitudinales se determina la distribución de algunas especies intercaladas de pino y encino. Fisonómicamente se caracteriza por tener el estrato arbóreo una altura promedio de 20 metros y una dominancia clara de especies de Pinus y Quercus.
    El bosque de Abies está confinado a sitios de alta montaña, en laderas de cerros protegidos por la acción de los vientos y la insolación, generalmente forman pun piso por debajo del pinar superior (bosque de pino), requiere de condiciones de humedad elevada, con una precipitación superior a los mil milímetros. Este tipo de asociación de especies se localiza entre otras zonas, formando manchones dentro del bosque mixto, en la parte norte, en el Kilómetro 59 de la autopista México-Cuernavaca, las inmediaciones entre Coajomulco y El Mirador, así como en la región del parque nacional Lagunas de Zempoala, donde forma un bosque de grandes extensiones y escasamente perturbado y en las laderas del cono volcánico Chichinautzin.
       
     
    El bosque de encino se localiza dentro del bosque mixto formando manchones homogéneos por arriba de la selva baja, debido a las condiciones de temperatura y humedad que se manifiestan en esta faja ecotonal. Sus límites altitudinales van de mil 500 a dos mil 200 metros sobre el nivel del mar. Las especies más conspicuas son Quercus obtusa, Q. rugosa, Q. splendens, y Q. laurina. Generalmente se presentan asociadas con Arbutus glandulosa y A. xalapensis. El estrato arbustivo consiste de especies indicadoras de alteración, como lo son: Cestrum thyrsoideum y Dodonaea viscosa, este último asociado al encinar alterado.
     
    El bosque mesófilo de montaña se localiza en el bosque mixto cercano a los límites con el bosque de encino, ocupando las áeas más húmedas como las barrancas aledañas a las zonas montañosas. Se ubica principalmente en la sierra de Tepoztlán, entre el parque El Tepozteco y Santo Domingo Ocotitlán; al norte de éste se localizan, en gran cantidad de declives y cañadas de variada profundidad y en la Mesa La Gloria.

    El matorral crasicaule se ubica en la región central y occidental del área. Tiene predominio de especies de baja altura entre 60 y 100 centímetros, con hojas dispuestas en forma de roseta, manteniendo sus características suculentas, por lo que es definido como un matorral crasirrosulifolio, situado en la parte baja de Santo Domingo Ocotitlán y Huitzilac
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    La selva baja caducifolia se encuentra formando una franja de ecotonía entre el encinar y la selva propiamente dichas. Se localizan ciertos elementos intercalados con encinos y pinos hacia el centro-sur del área debido a las condiciones de temperatura y humedad prevalecientes en las partes bajas de esta comunidad. Las especies representativas son principalmente leguminosas arbustivas del género Mimosa. Garduño (1961), citado por López-Paniagua (1990), menciona que Cosmos ocellatus, Oxalis stolonifer, O. cuernavacana, Garrya longifolia, Cedrela saxatilus y Pleurothallis nigrifolia sólo estan citadas para el derrame del Chichiautzin y sus alrededores
    Es importante resaltar que Fourcraea bedinghausii es una especie endémica, restingida a las montañas de la parte central del Eje Volcánico Transversal.
     

    Vegetación acuática
    Los hábitats acuáticos de México son diversos, y en algunos estados cubren una gran área superficial (Lot et al., 1993). Dentro del Corredor Biológico Chichinautzin se encuentran representados diversos ambientes acuáticos; esto hace particularmente interesante el estudio y conocimiento de su flora acuática. Los lagos de esta área han sido ya estudiados (Bonilla y Novelo, 1995). Sin embargo, algunos otros cuerpos de agua como arroyos de agua permanentes, estanques, jagüeyes, embalses, manantiales, aún permanecen completamente desconocidos.

    Las especies de plantas acuáticas presentes en el Corredor Biológico Chichinautzin pueden ser encontradas principalmente en dos ambientes, lóticos o lénticos. Los primeros se refieren a los arroyos, canales, manantiales, ambientes caracterizados por agua corriente, es decir, con poca, moderada a alta velocidad de movimiento del agua. Por otra parte, los ambientes lénticos caracterizan los cuerpos de agua más o menos estacionarios, como son los lagos, embalses, estanques, jagüeyes o suelos temporalmente inundados.
       
    Las 68 especies de plantas acuáticas conocidas para el Corredor Biológico Chichinautzin se incluyen en 34 familias y 49 géneros. Los grupos mejor representados son las dicotiledóneas, con 16 familias, 25 géneros y 32 especies, los helechos y plantas afines, con tres familias, tres géneros y tres especies, y por último las gimnospermas, representadas por una familia, un género y una especie.

    Las 68 especies, 49 géneros y 34 familias presentes en el Corredor Biológico representan el 9.1 por ciento, el 19 por cientos y el 40.4 por ciento, respectivamente, de la flora actualmente conocida en México (Lot et al., 1993).

     
    Las familias más notables por su diversidad en el Corredor Biológico son Cyperaceae, con nueve especies; Scrophulariaceae con cinco especies; Apiaceae y Polygonaceae, Lemnaceae y Potamogetonaceae con tres especies; el resto de las familias están constituidas por una o dos especies. Al nivel genérico Scrophulariaceae (cinco géneros), Cyperaceae (cuatro géneros) y Apiaceae (tres géneros) son los más importantes.
    De las 68 especies reconocidas en el Corredor Biológico, 40 son consideradas acuáticas y 27 subacuáticas. Las hidrófitas enraizadas emergentes representan la forma de vida más sobresaliente de la flora, con 54 especies, seguidas por las hidrófitas enraizadas sumergidas, con nueve especies, las hidrófitas libremente flotadoras, con cuatro especies, y por último, en menor proporción, por las hidrófitas enraizadas de hojas flotantes, con una especie.

    Dentro de estas comunidades acuáticas hay una clara predominancia de especies herbáceas, de las cuales algunas de ellas cubren grandes áreas, como es el caso de Egeria densa, Juncus arcticus y Wolffia brasiliensis. La única especie arbórea dentro de las gimnospermas
    es Taxodium mucronatum, comúnmente conocida como “ahuehuete” o “sabino”, que crece escasamente en el margen de jagüeyes y arroyos permanentes. En el Corredor Biológico no llega a formar un “bosque subperennifolio ripario” (Lot y Novelo, 1990).
    En general, existe una gran necesidad en nuestro país de realizar programas a gran escala sobre exploraciones en el campo de la botánica acuática, especialmente en aquellas áreas donde su diversidad biológica es pobremente conocida como lo es el Corredor Biológico Chichinautzin.
     

    Insectos y arañas
    Haciendo un recuento general de la artropofauna citada para el Corredor se sabe que existen cerca de mil 348 especies incluidas en 21 órdenes, de 199 familias y 748 géneros. El orden Coleóptera constituye el taxón con mayor número de especies (655), lo que representa 49.7 por ciento del total, seguidas de los lepidópteros con 169 especies (12.8 por ciento), hemípteros con 78 especies (5.9 por ciento) y homópteros con 67 especies (5 por ciento).

    Otro grupo no menos importante es el de las arañas, con 106 especies que representan el 8 por ciento. Cifra que seguramente aumentará a medida que se intensifiquen las exploraciones biológicas.
       
    Un dato que resalta la importancia de la diversidad biológica del Corredor es el hecho de que en la zona se hayan descrito 39 especies de artrópodos. Estando en orden de importancia por el número de especies los coleópteros (26), lepidópteros (7), tisanópteros (3), psocóptera (2) y hemíptera (1) (Wood, 1981, 1983, 1984; Vázquez, 1989; Deloya, et al. 1993; De la Meza, 1987). Cabe señalar que en un estudio reciente, en el que se estudiaron los Lamelicornios de Cuernavaca, no fue posible colectar Onthophagus rostratus, Aphodius vittatus, Macrodactyñus infuscatus, Diplotaxis aenea, D. trapezifera, D. cribriceps, Phyllophaga batillifer, Strigoderma sallei, Xyloryctes telephus, X. corniger y Dynaste hyllus, especies que habian sido registradas para la zona por Bates (1887-1889).
     
    La desaparición de especies se explicó como consecuencia de la expansión de las actividades agrícolas, deforestación, incendios forestales y asentamientos humanos irregulares (Deloya et al., 1993; Burgos, 1992).

    Entre estas especies destacan algunas por su importancia ecológica, caso concreto son los microartrópodos asociados a musgos, mismos que promueven el establecimiento de biocenosis particulares. A su vez estos artrópodos guardan una estrecha relación con el medio edáfico primario, propiciando la sucesión vegetal.
     

    Peces
     
    En los lagos del Corredor existen 5 especies de peces que habitan principalmente los cuerpos de agua del Parque Nacional Lagunas de Zempoala.
     
       
    Estas son: Ctenopharingodon idellus (Carpa herbívora), Cyprinus carpio (Carpa común), Oncorhynchus mykiss (Trucha arco iris), Heterandria bimaculata (Repotete) y Girardinichthys multiradiatus (Mexcalpique).

    Resalta el hecho de que de las cinco únicamente el Mexcalpique es propio de los lagos y que las otras cuatro provienen de Norteamérica (trucha), Asia (carpas) y la vertiente del Golfo de México (Repotete). Estas han sido introducidas intencional o accidentalmente para diversos fines, a pesar de que se trata de un Área Natural Protegida.

     
     

    El Mexcalpique, el Repotete y los juveniles de la Carpa Común se localizan en las orillas de los Lagos, encontrando refugio entre la densa capa de vegetación acuática que ahí se presenta. Por su parte los adultos de esta última habitan en la zona profunda, junto con la carpa herbívora, y la trucha arcoíris.

    Los arroyos son habitados únicamente por crías de las truchas, que pueden ser encontradas desde la desembocadura del arroyo hasta una distancia de aproximadamente 300 metros.
       
     

    Anfibios
    Los anfibios de la zona están representados por diez especies pertenecientes a cinco familias y dos órdenes constituyendo el 3.5 por ciento de las especies de México y el 37.03 por ciento de las de Morelos. Los ajolotes Ambystoma Altamiranoi tienen una distribución restringida a los riachuelos y charcos del parque nacional Lagunas de Zempoala.

    Las salamandras Pseudoeurycea altamontana y Chiropterotriton chiropterus habitan en sitios húmedos bajo troncos, cortezas y árboles caídos en descomposición de los bosque de pino y oyamel al norte de Tres Cumbres. En el mismo bosque pero en áreas poco arboladas con residuos de madera en descomposición se localizan Pseudoeurycea belli, P. cephalica y P. leprosa.

    Las ranas como Hyla plicata son comunes en la zona litoral de las Lagunas de Zempoala y Spea hammondi en la hojarasca y humus de los bosques del norte de Tres Cumbres.

    Rana spectabilis
    se encuentra ampliamente distribuida desde zonas muy frías como Zempoala hasta regiones semicálidas en el sur del parque nacional El Tepozteco.
     
     

    Reptiles
     
    El grupo de los reptiles es más diverso que el de los anfibios y está representado en la región por 43 especies pertenecientes a siete familias. El total de ellas representa el 3.64 por cientos de las especies de México y el 52.5 por ciento para Morelos, lo que manifiesta una riqueza muy alta en esta zona. Las áreas de bosque de pino-encino incluyen organismos de origen Neártico y Neotropical y son las que tienen mayor número de especies.
    La tortuga Kinosternon integrum vive en barrancas y charcos de Santa Catarina y Tepoztlán. La lagartija Norops nebulosus, caracterizada por presentar un saco gular rojo, es de hábitos arborícolas y se puede encontrar en lugares sombreados y húmedos en zonas de selva baja caducifolia. El camaleón Phrynosoma orbiculare alticola vive entre la hierba de las praderas en zonas de pino y oyamel al norte de Tres Cumbres. Sceloporus aeneus y Sceloporus scalaris habitan en el suelo entre pastizales bien soleados en zonas de bosque de pino-encino y es común observarlas sobre rocas y troncos al oeste de Hutizilac, Tres Marías y Coajomulco. La especie más frecuente sobre árboles, rocas y troncos en los bosques de pino encino es Sceloporus grammicus microlepidotus fácilmente reconocible por la coloración dorsal verde liquenado.

    Scelopurus jarrovi sugillatus
    y S. torquatus son las únicas lagartijas en la región que tienen un collar dorsal oscuro con bordes claros. La primera con escamas dorsales grandes y obscuras y la segunda con escamas pequeñas de color verde metálico. S. torquatus torquatus vive en los derrames de basalto del Chichinautzin y ocasionalmente puede ser observada en árboles y arbustos en el bosque de encino al este de Coajomulco. S. jarrovi sugillatus puede encontrarse sobre rocas entre los claros del bosque de pino y oyamel en el Parque Nacional Lagunas de Zempoala.
    Scelopurus spinosus horridus y Urosaurus bicarinatus bicarinatus son las especies más comunes en las zonas de selva baja caducifolia en el borde inferior del bosque de encino, la primera es de aspecto espinoso y se encuentra frecuentemente sobre árboles, suelo, roca, arbustos y troncos. U. bicarinatus bicarinatus es de aspecto áspero, arrugado y cenizo, es casi exclusivamente arborícola. Ambas se pueden observar en la selva baja caducifolia del parque nacional El Tepozteco.
     
     

    Aves
     
    En el Corredor Biológico Chichinautzin se han encontrado 237 especies de aves, que están incluidas en 41 familias. De este total 36 especies son endémicas para México, una está considerada como en peligro de extinción según la NOM-056-ECOL-1994, 14 especies están amenazadas, cuatro están clasificadas con el estatus de protegidas y tres como raras, según la misma norma.

    La región, que forma parte del Eje Neovolcánico, es la que mantiene el mayor número de especies endémicas en el Estado y enfrenta una serie de problemas, causados, directa o indirectamente por la acción del hombre.

    Las especies de distribución restringida, menos de 50,000 km2, que se encuentran en el Corredor son ocho:
     
    La gallina de monte, Dendrortyx macroura considerada una especie protegida, la codorniz listada, Philortyx fasciatus, el chupamirto prieto, Cynanthus sordidus, la sonaja parda, Campylorhynchus megalopterus, la matraca alacranera, Campylorhynchus jocosus, el vireo gusanero, Vireo brevipennis, especie amenazada de extinción, el saltón cabeza verde, Atlapetes virenticeps, y el zacatonero de collar, Aimophila humeralis. De estas especies se desconoce, en su mayoría, su biología y estado de conservación, aunque algunas son comunes, como son los casos de la codorniz listada y el zacatonero de collar. Otra especie endémica poco estudiada es la pochuaca orejón, Nyctiphrynus mcleodii, considerada también una especie rara.
     
    Entre las especies de interés se encuentran las rapaces diurnas como el gavilán pantanero, Circus cyaneus, y el gavilán pajarero, Accipiter striatus, el halcón palomero, Falco columbarius, y el halcón fajado, F. femoralis, amenazados de extinción, cuyas poblaciones deben de ser monitoriadas.

    Otras especies que deben ser estudiadas son la codorniz montezuma, Cyrtonyx montezumae, amenazada, así como gorrión serrano, Xenospiza baileyi, que está en peligro de extinción.
     

    Mamíferos
         
       
    La composición mastofaunística existente en el Corredor presenta elementos de afinidad Neártica en sus límites más norteños y Neotropical en las áreas del sur o de ecotonía.

    Las especies de mamíferos de la región están representadas por 18 familias que corresponden al 52.9 por ciento de las registradas para México, y están agrupadas en 60 especies, lo que equivale al 13.39 por ciento de las determinadas para la República Mexicana.

     
    Los quirópteros (murciélagos) y los roedores (ratas, ratones, ardillas y tuzas) son los grupos mejor representados en cuanto al número de especies. Los murciélagos constituyen cuatro familias, y en las áreas de bosque templado se presentan en menor número de especies con respecto a aquellas del sur, donde se encuentra la mayor diversidad.

    Los roedores se agrupan en cinco familias, destacando la Muridae, con varias especies del género Peromyscus; la Geomyidae con sólo el género Cratogeomys y la Sciuridae con dos especies de ardillas, Sciurus aureogaster y Spermophilus variegatus.
     
    También existen mamíferos primitivos como el tlacuache o zarigüeya, Didelphis virginiana, que se distribuye en todas las asociaciones vegetales de esta región, incluyendo áreas conurbadas.

    Otros mamíferos primitivos pero de la familia Soricidae, son las musarañas técnicamente conocidas como Sorex que por sus hábitos fosoriales son difíciles de encontrar además, por lo reducido de su talla, porque no sobrepasan los 70 milímetros de longitud.

    Sylvilagus floridanus y Sylvilagus cunicularius son los conejos representantes de la familia Leporidae que tienen un rango de distribución más amplio con respecto al teporingo o zacatuche Romerolagus diazi, que está confinado a las áreas boscosas de zacatonal amacollado, por arriba de los 2000 metros de altitud.
       
         
    La mastofauna de carnívoros como las comadrejas y tres especies de zorrillos de la familia Mustelidae se pueden considerar comunes en el Corredor.

    La familia Procyonidae está representada por tres especies de las cuales el cacomixtle Bassariscus astutus es el más frecuente con respecto al mapache Procyon lotor y al tejón Nasua nasua, que muestran una mayor restricción en su distribución. Entre los cánidos están las zorras y los coyotes, que aunque presentes son menos evidentes.

     
    El hecho de que se haya delimitado la extensión territorial del Corredor Biológico Chichinautzin no significa primero, que las especies se distribuyan de acuerdo a dicha división y segundo, que sean exclusivas de ese espacio; sino mas bien su distribución obedece a requerimientos básicos como el espacio y el alimento para que puedan desarrollarse los atributos ecológicos de las poblaciones tales como la natalidad, mortalidad, emigración e inmigración.

    Lo anterior quiere decir que cada especie tendrá sus propias necesidades de espacio (pudiendo ser tan amplio o reducido según se trate y de acuerdo a sus posibilidades de desplazamiento) en donde encontraran su alimento (vegetal o animal), o sea, ocupan hábitats y desempeñan funciones específicas.
     
    Situación diferente, pero a la vez alarmante, es la de Romerolagus diazi (teporingo, zacatuche, tepolito o conejo de los volcanes) porque de acuerdo a la norma oficial está ubicado en la categoría (R) es decir, se trata de una especie en peligro de extinción.

    En la región del Chichinautzin, este lagomorfo habita principalmente áreas ocupadas por el pinar con estrato herbáceo y gramíneas amacolladas (Festuca tolucensis y Miihlembergia macroura). Asimismo, se le ha registrado en el ecosistema pino-encino, al norte del municipio de Tepoztlán.
    Destaca Neotomodon alstoni alstoni (ratón de los volcanes) ya que se le considera especie endémica y restringida al Eje Volcánico Transversal. Este pequeño roedor herbívoro, es característico en áreas de alta montaña donde la carpeta vegetal esta compuesta por bosques de pino-encino, pino y oyamel; así como en bosque de pino con cliseries densas de herbáceas y zacatonal, además en áreas rocosas con musgos.

    En el Corredor Biológico Chichinautzin a esta especie se le ha registrado en áreas cercanas al Parque Nacional Lagunas de Zempoala y en bosque de pino aledañas a los poblados de El Capulín, Fierro del Toro y Tres Marías, entre los límites del estado de Morelos y el Distrito Federal.

     
    Neotomodon alstoni es uno de los roedores cricétidos abundantes en la región y forman parte de la cadena trófica, esto es, como sustento de algunos depredadores carnívoros de hábitos nocturnos.

    Es posible que debido a los registros ocasionales efectuados sobre Marmosa canescens en todo el Estado de Morelos, este mamífero no aparezca ubicado en la norma oficial mexicana como una especie en riesgo. Sin embargo, este marsupial conocido como “ratón tlacuache” o “tlacuatzin” es realmente raro en toda la región geográfica ocupada por el Corredor Biológico, existiendo cierta factibilidad de encontrarlo en las áreas de ecotonía o directamente en la selva baja caducifolia y su límite máximo de distribución altitudinal sean los 1900 metros sobre el nivel del mar.
     

    Entre los félidos que forman parte de las seis especies de gatos silvestres que habitan el territorio nacional, Puma concolor ( puma o león de montaña) y Lynx rufus (gato montés o lince) son mamíferos que requieren de extensas áreas geográficas para su supervivencia.

    Dicho requerimiento ecológico cada vez es menos factible que lo encuentren dado el avance de la mancha urbana, aunado a la alteración de sus áreas silvestres a causa de la agricultura y deforestación, así como la presión que ejercen los cazadores furtivos.
    En el Corredor Biológico, son dos de los mamíferos de talla mayor que aunque recientemente se ha registrado su existencia a través de huellas y excretas (para el caso del puma) y registros visuales (para el caso del gato montés) se presume que su densidad no sea alta.

    Es posible encontrarlos en áreas rocosas e inaccesibles y ocasionalmente se hacen visibles en espacios abiertos como sucede con el “gato montés” que acude a los llanos de Atexcapan a depredar roedores.

     
    Afortunadamente estas dos especies no aparecen catalogadas en la norma oficial; sin embargo, también es posible que en breve sean tipificados si no se retoma la situación del deterioro paulatino e irreversible de sus hábitats.

    En situación semejante, a la de los félidos, se encuentra Odocoileus virginianus mexicanus mejor conocido como “venado cola blanca”, porque además es el artiodactilo de mayor importancia cinegética en México. Situación que lo convierte en el blanco tanto de los pobladores rurales como citadinos, por representar una presa rica en proteínas.
    Se considera que la cacería furtiva es el factor que ha reducido las poblaciones de estos animales en regiones donde antes eran abundantes como es el caso del Corredor Biológico. No obstante, en parajes como los llanos de Atexcapan, Acoyotongo, Lagunas de Zempoala y Fierro del Toro, es posible evidenciar su presencia a través de huellas y excretas.