La Sierra Gorda se ubica en la frontera noreste de Mesoamérica sirviendo de frontera entre Mesoamérica y Aridoamérica, es decir una franja de transición cultural.La región representa un rico ejemplo de esta zona transicional en la que coexistieron tribus nómadas y seminómadas.
La ocupación humana de la sierra data de hace alrededor de 10,000 años, cuando los primeros grupo de cazadores-recolectores se internaron en la región. Durante el periodo prehispánico los primeros asentamiento humanos estuvieron dispersos en los valles intermontanos y en la misma sierra.
Hacia el año 800 d.C. a los serranos se les unieron otomíes, que ocuparon el sur del estado de Querétaro para posteriormente llegar hasta la Sierra Gorda, donde convivieron con los pueblos de la región hasta la llegada de las tribus nómadas de chichimecas.
En el periodo Postclásico (900-1,500 d.C.) hubo cambios climáticos. Las sequías obligaron a los habitantes a abandonar la agricultura y mermaron las actividades mineras la cual constituyó una importante actividad económica siendo orientada a la explotación de cinabrio o sulfuro rojo de mercurio.
Con la llegada de los chichimecas, la frontera mesoamericana comenzó a contraerse hacia el sur, resultando su influencia ser primitiva y salvaje, en contraste con el sur, donde la influencia en el Altiplano de la cultura Tolteca resultó ser muy avanzada. Por el noreste llegaron grupos e influencias totonacas procedentes.
Hacia 1300 d.C. la presencia de los chichimecas fue definitiva, mientras los toltecas y totonacas insistían en establecer sus hegemonías en esos sitios. La actividad minera decreció. La frontera mesoamericana se diluyó y el territorio queretano sirvió como franja amortiguadora entre las hegemonías de los mexicas y purépechas. Estos últimos penetraron en la Sierra Gorda hacia 1400 d.C.
Para principios del siglo XVI, los chichimecas se encontraban bien consolidados en la región. De ellos se definieron dos grupos: pames y jonaces. Los pames adaptaron patrones culturales que los transformaron en un pueblo poco belicoso; se ubicaron al sur y coexistieron con otomíes y purépechas. Un siglo más tarde, entraron los jonaces, un grupo más belicoso que se dedicó a atacar a sus vecinos indígenas y a los conquistadores, los jonaces rechazaron las diversas formas de penetración colonial, inclusive la de los misioneros.
A partir de la mitad del siglo XVI con el estallido de la Guerra Chichimeca en el centro del país, debido al avance español hacia las minas en Zacatecas, Guanajuato y San Luis Potosí hasta los pames empezaron a participar en ataques sangrientos. En contraparte los capitanes de frontera no se quedaron atrás en el exterminio de indígenas. En este contexto de violencia que en Sierra Gorda duró más de dos siglos con periodos de relativa paz se abrieron paso los misioneros dominicos y franciscanos que coincidieron en su empeño de evangelizar a pames y jonaces por lo menos hasta la segunda mitad del siglo XVII.
Durante la época colonial la región fue un reducto para las poblaciones de pames, ximpeces y jonaces por ello la historia de esta región se encuentra ligada estrechamente con las gestas de la tardía conquista, en la que jugaron un papel fundamental, primero los misioneros mendicantes y los colonos estancieros, y más tarde la actividad misionera y congregacional de los colegios de Propaganda Fide, pero también las campañas militares de conquista comandadas por capitanes de frontera como José de Escandón.
En la época prehispánica la Sierra Gorda fue una frontera cultural, luego durante la Colonia se iniciaron los conflictos entre españoles e indígenas, y con ello se marcó este territorio como área de jurisdicción de los capitanes españoles. Fue teatro de la guerra chichimeca que costó miles de vidas siendo esta causa que sólo hasta muy avanzado el siglo XVIII se lograra la incorporación de la Sierra Gorda al resto de la Nueva España. Posteriormente la población sometida por la acción del ejército y de los misioneros durante la Colonia, constituyó diferentes grupos étnicos con un gran margen de movilidad dentro de un mismo territorio. La conformación del terreno, el cambio de estaciones y la diversidad de actividades económicas que ahí se desarrollaban exigían este desplazamiento.
La colonización se hizo con el apoyo de otros grupos de otomíes y nahuas ya cristianizados. En menor medida colonos españoles se dirigieron a asentarse en este territorio.
El origen seminómada hizo difícil la existencia de asentamientos indígenas como los del resto del país. Durante la Colonia y la primera mitad del siglo XIX aumentó la propiedad privada y se fue ampliando la frontera agrícola. Paralelamente se impusieron reglas para su explotación, hasta llegar el momento en que los habitantes tenían que pagar por un pedazo de tierra para poder sembrar. La expansión de la propiedad privada provocó la pérdida del derecho de uso de los recursos naturales de los indígenas de la sierra. Este elemento constituyó la causa fundamental y tradicional de luchas hasta la primera mitad del siglo XIX. A lo largo del siglo XIX el sistema de haciendas y los latifundios desembocarían en sucesos locales como la llamada "Revolución de la Sierra Gorda", en la última etapa de este movimiento hubo medidas del gobierno para pacificar la región que incluyeron concesiones a los grupos dominantes.
A finales de 1916 finalmente la Sierra Gorda disfrutó de una paz relativa hasta los años veinte y treinta. La última intervención fue pos revolucionaria. El reparto agrario se dio hasta los años veinte, derivado de esto surgieron ejidos y grandes cantidades de pequeñas propiedades.
El proceso migratorio se inicia en los años de 1940. Nuevos fenómenos sociopolíticos y económicos permeaban todos los ámbitos del territorio nacional y de la Sierra Gorda. Por ello a pesar de que esta región constituye un medio natural rico en biodiversidad y ecosistemas registra condiciones sociales y económicas muy diferenciadas, que evidencian pobreza, marginación, falta de empleos y opciones productivas, además de notorios procesos de transculturación favorecidos por el constante flujo migratorio a otros puntos del país y a los Estados Unidos de Norteamérica.