Endemismo

En los diferentes ecosistemas que alberga el Valle de Cuatrociénegas coexisten animales y plantas que han evolucionado en condiciones de aislamiento natural, lo que ha propiciado la evolución de numerosos endemismos. El aislamiento se debe en parte a que dicho valle es una cuenca cerrada rodeada por montañas. Sin embargo, además del aislamiento físico por barreras naturales, el aislamiento se asocia principalmente a la presencia de agua en un entorno que se caracteriza por su aridez. El agua, que no es común en los áridos paisajes del Desierto Chihuahuense, se encuentra aquí en abundancia de manera natural, por lo que las especies que se adaptan a su presencia, se ven atrapadas al no haber otro lugar cercano donde subsistir. Lo anterior ha provocado que la evolución tome en Cuatrociénegas un camino único y diferente. A la fecha se han registrado 72 especies endémicas, pero aún hay mucha investigación por realizar. La mayoría de los estudios no ha contemplado a los artrópodos, salvo algunas excepciones, y hay muy poca información sobre mamíferos, lo cual nos hace inferir que la lista de especies endémicas aún no está completa.

GRUPO

NO. DE ESPECIES

ESPECIES ENDÉMICAS

MOLUSCOS

28

13

PECES

17

10

ANFIBIOS

8

0

REPTILES

60

9

AVES

145

0

MAMÍFEROS

60

0

Crustáceos

27

7

Escorpiones

19

4

Insectos

 

3

TOTAL ANIMALES

253

27

PLANTAS

883

26

GRAN TOTAL

1247

72

Estromatolitos

Las características geológicas de las sierras circundantes y la composición química de los cuerpos de agua de Cuatro Ciénegas han creado un nicho que ha permitido la sobrevivencia de formas de vida que alguna vez fueron comunes en la tierra y que ahora sólo sobreviven en pocos lugares del mundo. En las aguas de este valle aún existen organismos arcaicos cuya función principal en la historia del planeta fue la modificación de la atmósfera primigenia mediante la primera forma de fotosíntesis conocida y la subsecuente producción de oxígeno que permitió la evolución de la vida como la conocemos actualmente. En el contexto actual, los estromatolitos son un componente de vital importancia para las pozas de Cuatrociénegas, pues son verdaderos tanques de oxigeno para los seres vivos que allí existen.

Estos organismos, de alguna manera han logrado sobrevivir en éste lugar desde hace 3,450 millones de años. Si tomamos en cuenta que los dinosaurios se extinguieron hace 60 millones de años, podemos darnos una idea de hasta donde llega la línea del tiempo con éstos organismos, que representan una forma de contacto de el pasado, desde los orígenes mismos de la vida en la tierra, con la época moderna. Estas modestas formas de vida, que no son otra cosa que acumulaciones de sedimentos carbonosos formados por comunidades de cianobacterias, pueden tener la clave para determinar, a través de su estudio, el como se originó la vida en la tierra. Hay investigadores que los consideran esenciales para el estudio de la producción de oxígeno que permita, en el futuro, la exploración del espacio.

Cuerpos
de agua

Se tienen registros en el Área Protegida de más de 500 cuerpos de agua de muy diversas formas, tamaños y profundidades. Aproximadamente la mitad son permanentes y el resto temporales. Lo valioso de estos recursos es que se encuentran en medio del Gran Desierto Chihuahuense, el cual tiene una extensión aproximada de 509,500 km2. En esta vasta región son pocos los lugares con agua. Algunos de estos lugares, incluso, ya no albergan lagunas ni cuerpos de agua (Bolsón de Mapimí). Los ejemplos de sobreexplotación del agua en el desierto son muchos. Basta voltear la vista a la cercana Comarca Lagunera, en donde, tanto el Río Nazas como la Laguna de Mayrán se secaron por completo, salvo esporádicas recuperaciones. En la zona ya se dio el primer caso en el que una fuente de agua corriente se secó. El reto es tomar medidas a tiempo para no correr la misma suerte que otros vecinos del desierto.

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