Historia


A principios del siglo XX, México empieza a sentir los efectos de la pérdida de sus bosques. Para esa época, los siglos de agricultura y de explotaciones mineras, el naciente desarrollo industrial que demandaba un rápido consumo de recursos, y la expansión del ferrocarril, habían causado una gran deforestación en el país que hacía pensar a algunos que de seguir esa dinámica pronto faltaría la madera para abastecer a la industria; mientras que para otros, era indiscutible que la falta de árboles provocaba tanto las sequías como las frecuentes inundaciones en buena parte del territorio, sobre todo en la región central, considerada durante mucho tiempo como el granero de México. La naturaleza montañosa del país podía hacer evidente a cualquiera cómo las laderas de los cerros se iban quedando sin árboles, el suelo se erosionaba y disminuían las corrientes de agua. Ante esa situación, Miguel Ángel de Quevedo, uno de los más grandes conservacionistas mexicanos, impulsa una política de defensa de los bosques, que tiene como eje central la conservación de las cabezas de cuenca que abastecían a las regiones más pobladas del país.

Así, en 1933 se declara como zona protectora forestal a los terrenos situados en las vertientes y planicies que forman parte de la Gran Cuenca de México, ese es el primer antecedente de protección ecológica de esta región.

Posteriormente, el 8 de noviembre de 1935 el presidente Lázaro Cárdenas declara como primer parque nacional de su administración (tercero en el país), a la Iztaccíhuatl y al Popocatépetl. Miguel Ángel de Quevedo fue el artífice de dicha declaratoria. Se consideró para ello que esas montañas "son, sin duda, las más portentosas y significativas por sus perfiles y situación inmediata una de la otra, en el centro principal más poblado de la república, donde importa a todo trance proteger el suelo contra la degradación, manteniendo o restaurando sus bosques en perfecto estado para la garantía del buen clima de las ciudades vecinas." La iniciativa tenía como fin la protección de las cuencas altas hidrográficas relacionadas con los valles de México, Puebla, Tlaxcala y Morelos; la conservación de los suelos, la vegetación forestal, así como la flora y la fauna "comarcanas". El objetivo era evitar alteraciones hidrológicas, impedir las lluvias torrenciales negativas para la agricultura y poblaciones de los valles, y los cambios en el régimen climático; además de preservar la belleza natural de la zona y favorecer su importante potencial turístico.

Poco tiempo después, haciendo estudios para delimitar el área del parque, se confirmó mediante un decreto presidencial el 13 de marzo de 1937, que los terrenos forestales de las haciendas de Zoquiapan, Ixtlahuacan y Río Frío habían quedado comprendidos dentro de él, por lo que debían pasar al Departamento Forestal de Caza y Pesca, encargado de la administración del parque nacional.


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Reserva de la Biósfera Los Volcanes

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Flora y Fauna

Ambos decretos determinaron que el área protegida se creaba a partir de los 3,000 msnm, sin especificar la superficie. Estudios posteriores calcularon que esa superficie correspondía a 89,800 hectáreas.

En la década de los cuarenta México inicia un período de rápido crecimiento demográfico, urbano e industrial que trae consigo un declive de la conservación. Los recursos naturales ya no sólo se ven como materia prima para abastecer a la industria sino que empiezan a ser industrializados; la segunda guerra mundial favoreció esta visión. De esta manera, con la intención de impulsar la industria papelera del país, el 11 de febrero de 1948, el presidente Miguel Alemán emite un decreto a favor de la fábrica de papel San Rafael para establecer una Unidad Industrial de Explotación Forestal en la región, para lo cual se modifican los linderos del parque nacional reduciendo su superficie en menos de la mitad del territorio original (39,820 hectáreas).

El primero de junio de 2010 durante la 22 reunión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa del Hombre y la Biosfera (MaB) de la UNESCO, designó a esta área protegida como Reserva de la Biosfera Los Volcanes, la cual abarca una superficie de 171,774 hectáreas (incluida la zona de transición).